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La tranquilidad de los vecinos del pueblo de Órzola se vio alterada la tarde del 24 de noviembre al vivir uno de los acontecimientos más tristes acaecidos en dicha localidad a lo largo de su historia: una patera con 36 ocupantes naufragaba sobre las 19:30 horas a escasos metros de la orilla.

 

A pesar de que el mar se encontraba en calma, la especial orografía de la franja costera, formada por rocas volcánicas irregulares, el desconocimiento del litoral, y la oscuridad de la noche, provocaron que la patera chocara contra las rocas y se hundiera, cayendo sus ocupantes al mar. Ocho de ellos perdieron la vida al no saber nadar.

 

El suceso, que coincidió con el traslado de los migrantes llegados esa misma mañana a La Graciosa, podía haber tenido un coste humano mucho mayor si no intervienen en el rescate el grupo de jóvenes de Órzola, al que se sumaron dos guardias civiles y personal de EMERLAN.

 

Don Marcial Curbelo fue el primero en llegar al lugar del naufragio. Atraído por los gritos desgarradores de los migrantes y a pesar de la oscuridad de la noche se acercó, sin dudarlo, al accidentado litoral ayudado por la luz de su móvil. La visión fue aterradora; un grupo de migrantes se encontraba en el agua intentando agarrarse a las piedras para evitar ahogarse y ser arrastrados por las olas.

 

Al momento llegaron los vecinos de Órzola que, sin dudarlo, se lanzaron al agua para rescatar a los migrantes siguiendo el sonido de sus voces, ya que la oscuridad reinante impedía localizarlos. A pesar de que conocían la zona desde niños el rescate no fue fácil, ya que la oscuridad de la noche, la peligrosidad de la costa y la subida de la marea dificultaban cualquier tarea de rescate.

 

Marcos Rubén Lemes Pérez, Marcial Armas Torres, Iven Curbelo Machín, Marcial Curbelo Machín, Jessey Ramírez Delgado, Juan Jesús de León Curbelo, Armando Tavío León, e Ignacio Fontes Luzardo, junto a los guardias civiles Miguel Renda Várela y Aitami Reyes Rodríguez no pensaron en el riesgo que corrían sus vidas, ni en un posible contagio por coronavirus, lo único que les importaba era salvar al mayor número de personas posibles.

 

Los migrantes que iban siendo rescatados, adultos y menores, contaron en un primer momento con el apoyo de los vecinos de la zona quienes les facilitaron todo lo necesario hasta la llegada de los servicios de seguridad y emergencia. Las escenas que se vivían en tierra eran igual de desgarradoras que las que se estaban produciendo en el mar.

 

Una vez activado el protocolo de emergencia, dada la magnitud de la situación, se sumaron los servicios de emergencias y rescate de Lanzarote, Guardia Civil, Policía Local de Haría, EMERLAN, REN, Cruz Roja, y voluntarios de Protección Civil.

 

Gracias a la intervención de los rescatadores se socorrieron a 32 migrantes, de las cuales 4 habían fallecido. Las labores de rescate continuaron al día siguiente localizando los servicios de seguridad y emergencia 4 fallecidos más, todos de origen magrebí que habían partido tres días antes de la costa de Agadir en Marruecos.

 

 Por arriesgar sus vidas para salvar la de los ocupantes de la patera que naufragó, el 24 de noviembre de 2020, en la costa de Órzola, es por lo que el Pleno del Ayuntamiento de Haría, reunido en sesión extraordinaria y urgente, el 11 de junio de 2021, acuerda por unanimidad conceder a los "Rescatadores de Órzola" el "Premio Haría 2021".