1

(Al nombre de «Jesús» se santiguarán los presentes. Se repi-tará tres veces, con un Credo a cada final).

¡Jesús, mil veces Jesús! Donde Jesús se nombró, el dolor, quebranto o golpe se quitó; donde Jesús se ha nom­brado, el dolor, quebranto o golpe se ha quitado.

Si te lo hicieron en tu cabecita que te lo quite mi padre El Bautista; en los ojos, mi madre Santa Lucía; en la nariz, San Luis; en tu boca, Santa Polonia; en tu garganta, Santa Clara; en tu paladar, San Blas; en tus oídos, San Isidro; en tus brazos, San Amaro; en tu barriga, Santa María; en tus pier­nas, San Ignacio; y cuantas dolencias se encuentren en tu coyuntura te las quite mi padre San Ventura.

¡Así como la Virgen entró en Belén, salga el mal y te entre el bien!

2

(Se van trazando cruces en los sitios doloridos).

¡Jesús, tras mil veces Jesús! Donde Jesús se nombra, este mal se asombra; donde Jesús es nombrado, este mal es quitado.

Yo te bendigo en el nombre del Señor, que te quite el dolor de tu cuerpo. En la cabeza, San Juan; en la frente, San Vicente; en los ojos, Santa Lucía; en la nariz, San Luis; en la boca, Santa Polonia; en la garganta, San Blas; en los bra­zos, San Ignacio; en el pecho, San Antonio; en la barriga, San­ta María; en las piernas, San Andrés.

(Se van trazando cruces en los lugares doloridos).

Lo que en el cuerpo de «Fulano» o «Fulana» esté, yo lo quito y lo aparto y lo tiro al fondo del mar, donde no crezca ni permanezca, ni le vuelva a hacer daño más.

Si le entró por la frente, San Vicente; si le entró por los ojos, Santa Lucía; si le entró por la nariz, San Luis; si le entró por la boca, Santa Polonia; si le entró por la barba, Santa Bárbara; si le entró por el pecho, San Blas bendito, y si le entró por el espinazo, San Ignacio.