TRADICIONES  / Rezados y santiguados

 

 

 

En el Municipio de Haría hubo bastantes personas que se dedicaban a santiguar. En esto de los santiguados intervenían como curanderos más bien mujeres.

Resulta que una cosa extrema de fuerza de vista ocurrió en Haría, pues se le achacaba a un comerciante, el que mirando para sus estanterías en el comercio, llegaba con su fuerza de vista hasta a romper a distancia los cristales, como vasos y demás y caerse al suelo o mover otras cosas.

La fuerza de vista era exagerada y las personas que la tenían normalmente lo sabían y así procuraban de no mirar para sus hijos en especial pequeños, porque a éstos les hace más daño la fuerza de vista que provoca EL DENOMINADO MAL DE OJO y otras veces empleaban esta fuerza sabiendo que hacían daño, mirando de mala manera a algún niño.

 

En Máguez hubo varias mujeres que curaban el mal de ojo y la verdad es que ahora no hay nadie experto aunque se dice que a nivel de sus casas las madres se las arreglaban con algún rezado y sacaban al crio a flote porque parece que  los médicos no curan el mal de ojo.

 

Resulta que María Jesús Rodríguez Sicilia curaba teniendo un vaso con agua y unas gotas de aceite o una gota sola, no sé, mientras rezaba o santiguaba, y resulta que cuando había enfermedad o sea mal de ojo, la gota iba desapareciendo poco a poco pero iba dejando enferma a la persona que curaba.

 

 

 
 

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