Historia / Referencias históricas

 

Fuente: La Hoja del Municipio de Haría nº 343

La evolución de la sociedad ha sido muy ventajosa para nuestros hogares, en cuanto que la leña era uno de los elementos más esenciales que había que tener en cuenta en un hogar, ya que no se podía hacer comida caliente sin contar leña, y no había ni idea de que en unas pocas décadas, ya viniera la corriente eléctrica, el gas, u otros elementos combustibles que nos hicieran girar nuestros aparatos electrodomésticos.

Antes, hasta los años de 1.950, podemos decir que en nuestras casas el medio básico para hacer de comer era la leña, y para extraerla u obtenerla se utilizaban como medida principal el comprar una carga de camello de leña picada, de los terrenos que no se cultivaban, pero que se producían tabaibas, veroles, bobos, ahulagas y otros, siendo de ello un gran renglón o referencia, toda la leña que se sacaba del "Malpais de la Corona", donde se instalaban "picadores de leña", o leñeros, dedicados exclusivamente a este menester y de eso sacaban el sustento para su casa, vendiéndola a los camelleros, o a veces a otro transporte como el burro. Luego aparecieron las cocinillas de petróleo.

Aparte de la comida que había que hacer cada día, también hacía falta leña para poner debajo del tiesto, en unos teniques, para tostar los granos, en especial millo, aunque también trigo, cebada y hasta garbanzos u otros, y llevar al molino, para gofio.

También venían del malpais y de otros lugares, algunos hombres con su carguita de leña al hombro o detrás de la espalda, cuando no disponían de burro para traerla.

La mayoría de las casas tenían por norma el encargar a su camellero elegido, una carga de leña, cada cierto tiempo, y en especial era "tabayba", aunque a veces también habían personas que encargaban a sus camelleros, una carga de "ahulaga", y ello ya para el amasijo de pan que solía hacerse coincidiendo con las fiestas patronales del pueblo, aunque eso también como normal en las panaderías de los pueblos.

Era muy necesario el aprovechar toda la leña que se pudiera obtener y de cualquier tipo, y aparte de la de malpaís y de los campos eriales, también se aprovechaba con mucha codicia, la que se obtenía de las higueras que se iban deteriorando, como también las varas de parra y troncos secos de las mismas y otros árboles, y también todo lo que se pudiera obtener de las pencas que se iban secando por partes, y así se iban aprovechando poco a poco, y precisamente los resecos de las pencas eran muy buenos para el tiesto, por su fácil combustión, y se aprovechaban también los muchos carozos que se producían en nuestra sociedad agrícola, en especial en asaderos.

Pero había que tener en cuenta que en los tiempos de invierno el problema era mucho peor, ya que si se mojaba la leña, entonces no ardía, y por eso se procuraba de tener un poco de reserva para su utilización rápida, dentro de la propia cocina, así es que trabajitos sí que se pasaron por nuestros antepasados, que ahora ni se creen los nuevos.

Ahora se ve cómo la gente tira todo lo que le sobra en esta sociedad moderna, y así se ven volúmenes de maderas, leñas y otros elementos combustibles o nó, y es que eso todo se aprovechaba antes como oro en paño, y ello aparte de los materiales combustibles, igualmente los productos blandos se mandaban al estiércol.

Luego la sociedad fue evolucionando con las "cocinillas" de petróleo, seguido de cocinas de gas butano, con sus hornos y microondas, que hacen olvidar el pasado.