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Fuente: Biosfera digital – 05-08-2023

Sintiéndose segura entre los recios contrafuertes laterales de la ermita, disfruta de unas vistas inmejorables desde su mirador, manteniendo siempre abierta la puerta

 

Las Nieves es la patrona de Lanzarote desde principios del siglo XVIII y este 5 de agosto es su día. A pesar de tan señalada fecha, será una jornada casi como cualquier otra, recogidita, solo interrumpida momentáneamente por la celebración de la misa y la procesión alrededor del apartado templo.

La festividad de Las Nieves ha ido decayendo con el paso del tiempo. Aislada y a trasmano en su santuario en lo alto del Risco de Famara, jamás ha dejado de ser señora y abogada de las personas devotas de Lanzarote y los islotes. No hay otra como ella para una rogativa en épocas de sequía o para ahuyentar catástrofes y calamidades. En esto, es inigualable.

Los romeros conservan la tradición partiendo desde Haría y La Villa

Las Nieves es la patrona oficial y la única, con papeles debidamente expedidos y certificados, aunque por popularidad le gana de calle Dolores, la de Mancha Blanca, convertida de hecho en copatrona de la isla sin otro aval, lo que no es poco, que las multitudinarias congregaciones que suscita a mediados de septiembre desde fechas muy recientes. A partir de 1989, en concreto.

Paco Hernández Delgado y Maruchi Rodríguez Armas, han desentrañado las vicisitudes de Las Nieves y su ermita en el libro Nuestra Señora de Las Nieves. Relatan que antiguamente se la bajaba en procesión, pero mientras esta tradición lustral arraigó en las islas occidentales, aquí acabó desvaneciéndose. No así la asistencia de romeros y romeras, quienes, aunque contados, conservan la tradición partiendo desde Haría y La Villa.

Dispersos y a cuentagotas, acuden para honrar a la Virgen de Las Nieves en su ermita, fechada en 1966 y diseñada por Enrique Spínola. Este arquitecto es coautor junto a Trapero de varios edificios notables en la isla, como la factura original del Arrecife Gran Hotel y la sede de la Escuela de Arte Pancho Lasso. Hábil en el dibujo a plumilla, es autor de un notable trabajo, inédito, sobre elementos arquitectónicos tradicionales, según acredita Hernández Delgado.

Mañana, la ermita regresará a su rutinaria soledad

 

Por la vertiente norte marcharon a pie los vecinos y vecinas de Haría el pasado fin de semana. Venían desde lo más profundo del valle y encaminaron sus pasos por el Barranco de Elvira Sánchez, uno de los rincones más hermosos y frondosos de Lanzarote y que está llamado a erigirse algún día en lo que formalmente ya es: un jardín botánico. Una vez en la cima del macizo, avanzaron hacia El Bosquecillo y, desde allí, concluyeron su itinerario en la ermita.

 

Paco Delgado y Maruchi Rodríguez recuerdan: “Cuando se instalaron los vecinos de Los Valles de Santa Catalina que huían de los volcanes de Timafaya fue cuando se retomó la devoción de la Virgen de las Nieves, a partir de 1829, aunque con algunos altibajos, se mantiene hasta la fecha”. La Virgen ha gozado siempre de especial devoción y cuidado en Los Valles, el pueblo colindante al santuario.

Mañana, domingo, la ermita regresará a su rutinaria soledad, protegida por muros blancos y rodeada de palmeras, y en cuya entrada se conserva el aljibe original que suministraba agua potable a los feligreses que se acercaban en peregrinación. En los días claros y quietos, mientras cada cual anda en sus menesteres abajo, en Teguise, Haría y Los Valles, Nieves, arriba, sintiéndose segura entre los recios contrafuertes laterales de la ermita, disfruta de unas vistas inmejorables desde su mirador, manteniendo siempre abierta la puerta del templo.