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Fuente:
I.B. Blas Cabrera Felipe
XXV Aniversario
Quien no haya pasado nunca tardes enteras delante de un libro, con las orejas ardiéndole y el pelo caído por la cara, leyendo y leyendo, olvidado del mundo y sin darse cuenta de que tenía hambre o se estaba quedando helado... Quien nunca haya leído en secreto a la luz de una linterna, bajo la manta, porque papá o mamá o alguna otra persona solícita le ha apagado la luz con el argumento bien intencionado de que tiene que dormir, porque mañana hay que levantarse temprano...
Quien nunca haya llorado
abierta o
disimuladamente
lágrimas amargas,
porque una historia
maravillosa acababa
y había que decir
adiós a personajes
con los que había
corrido tantas
aventuras, a los que
quería y admiraba,
por los que había
temido y rezado, y
sin cuya compañía la
vida le parecía
vacía y sin sentido... Quien no conozca todo esto por propia experiencia no podrá comprender...1 lo que sentimos aquellos que dedicamos un rato diario a la lectura. En el transcurso de nuestras vidas aprendimos en cada momento a través de las experiencias vividas y de lo que leemos.
Aquel que no lee, solo es capaz de vivir a medias. |
Allá por el curso 84-85
en el Instituto Blas Cabrera
surgió la necesidad de crear la
biblioteca del centro. Desde
entonces y hasta la fecha miles
de alumnos han pasado por la
misma acercándose a la lectura,
bien sea por la obligación que
imponen los estudios, bien por el placer de estar un
rato ensimismado en la lectura.
En la primera reunión que tuvo
la Vicedirección con los Jefes
de Seminario el día 20 de
septiembre de 1984, éstos
exponen como prioritario para
este curso la creación de la
biblioteca del Centro, puesto
que los libros que estaban en
los Seminarios no eran
utilizados, en su mayoría, por
los alumnos. Se creyó necesario
que, como en otros centros, los
alumnos pudieran tener acceso a
los libros de forma directa,
pues no todos los seminarios
habían acordado prestar sus
libros a los alumnos. (Por
aquella época era obligatorio
que funcionaran en los centros
de bachillerato las llamadas
Aulas de Cultura, una especie de
consejo escolar dedicado
solamente a las actividades
extraescolares y cuyo
responsable era el Vicedirector.)
El 11 de octubre se reunió por primera vez el Aula de Cultura del centro y acordó por unanimidad comenzar lo antes posible con las obras de remodelación de lo que ahora es la biblioteca. En una reunión posterior entre la directiva y el consejo económico se comunicó al vicedirector que el centro sólo dispone de medios para acomedí ter dichas obras pero no para la compra del mobiliario. La solución la dieron los representantes de los padres en la reunión del dos de noviembre: ellos comprarían los "cuadradillos" de hierro, las chapas de madera y un soldador eléctrico y el mantenedor del centro haría las mesas. Eso era todo. Aunque sin lugar a dudas era insuficiente, nos arriesgamos y nos lanzamos a la tarea con el compromiso por parte del Aula de Cultura, especialmente los representantes del A.P.A., de continuar invirtiendo más dinero en el mobiliario. (Sirva como anécdota el hecho de que aquellas mesas son las mismas que están todavía en la biblioteca.)
Hay que hacer aquí, pues, una mención especial a los tres componentes del A.P.A. en el Aula de Cultura -Ventura Acuña González, Joaquina Betancort Borges y Estrella Machín Alarcón- que hicieron lo imposible para obtener dinero y cubrir los gastos que ocasionaba la creación de la biblioteca.
Así es que el día 6 de diciembre, como queda reflejado en la memoria del centro, se inauguró la biblioteca con los libros que los Seminarios cedieron y con los pocos que logramos comprar con el dinero del A.P.A. Los préstamos de libros los hacían los profesores de guardia de biblioteca, guardias que se crearon por primera vez, como es lógico, en aquel momento.
Por último se consiguió que el consejo económico concediera para el curso 84-85 la cantidad de 320.000 pesetas para la compra de libros, que se distribuyeron entre la Extensión de Haría y el Blas Cabrera
Al final del curso 84-85 el número aproximado de volúmenes en todo el centro era de res mil. Actualmente la biblioteca cuenta con más de ocho mil ejemplares registrados y catalogados, lo que la convierte en una de las mejores dotadas de la isla.
Sus fondos se nutren en la actualidad de:
· el presupuesto que el centro tiene dedicado a tal efecto,
· donaciones de entidades como la fundación César Manrique y el Departamento de Cultura del Cabildo,
· aportaciones según las necesidades de los distintos Seminarios,
· materiales didácticos suministrados por el Centro de Profesores,
· adquisiciones a propósito de actividades como las efectuadas con motivo del cincuentenario de Blas Cabrera Felipe,
· las partes que se extraen de los cursos especializados impartidos en la isla, como por ejemplo el de Animación a la lectura.
Mención aparte hay que hacer a las ideas aportadas por los profesionales de los libros que con su asesoramiento imprescindible hacen que estemos al día en las novedades que van saliendo y a las sugerencias de los propios lectores y usuarios.
Todos estos factores enriquecen la biblioteca con libros, textos, atlas, revistas, enciclopedias, materiales curriculares, etc.
En este curso 94-95, además, un grupo de profesores nos comprometimos desde el principio con un proyecto de innovación titulado Animación a la lectura y dinamización de biblioteca con la finalidad de conseguir el acercamiento de los alumnos a la lectura e incrementar los fondos de la biblioteca. Lo primero lo estamos logrando al poner en práctica actividades de animación a las lecturas elaboradas por nosotros mismos, así como otras aportadas por otros colectivos.
Lo segundo se consiguió al invertir todo el presupuesto que se nos concedió a tal efecto, en la adquisición de libros.
Desde aquí, a todos los que trabajan por el buen funcionamiento de la biblioteca, les damos las gracias por su colaboración y les animamos para que con su apoyo podamos conseguir que los alumnos, que son en definitiva los destinatarios de nuestro esfuerzo, se sientan atraídos y frecuenten más los hábitos de acercamiento a la biblioteca y el gusto por la lectura y quizá muchos de ellos hagan... lo que Bastián hizo entonces:
Miró fijamente el título del libro y sintió frío y calor a un tiempo. Eso era, exactamente, lo que había soñado tan a menudo y lo que, desde que se había entregado a su pasión, venía deseando: ¡ Una historia que no acabase nunca! ¡El libro de todos los libros!...
Porque el placer de leer ha de ser una historia interminable.
Nazario de León Robayna es fundador de la biblioteca.
Nicolás Pereira Rodríguez es coordinador de la biblioteca