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Fuente: La casa que me habita

 

 

CANSADO, COMO ESTOY

                            


Es tan tarde
que apenas queda un poco de aliento
en los escaparates de neón.

He de irme ya, cansado, como estoy,

de tanto esperar tu anatomía

y el cristal sonoro de tu risa.

Mañana volveré a este lugar, desesperado.

Traeré puesta mi locura

y la corbata azul de aguamarina.

Estaré aquí, aunque imagino por tu voz

que no volverás jamás.

He de irme ya, cansado, como estoy,

de no encontrar tu nombre en las aceras.

Mañana volveré a este lugar, desesperado,

con un hato de palabras a la espalda,

las letras de tu nombre en cada mano

y un beso de agua amarga en las pupilas.

Te esperaré donde siempre,

aunque imagino por tu acento

que no volverás jamás.

Pero si aún no has olvidado mi nombre

o el dolor amargo de mis lágrimas,

vuelve a mi casa mañana,

entra, sin llamar, en la habitación

más humana de la casa -un libro

de Kafka, dos discos de jazz,

las gafas bostezando boca arriba,

una foto de tu cuerpo

y el lápiz de escribir sobre la mesa-

esparce por el aire

la fragancia tibia de tu piel

y retén hasta que vuelva

todo el tiempo de vida

que te quepa en la memoria

ya que el mío

lo he gastado en tu recuerdo

ocupado, como estaba, en adorarte

 

 

 

 

 

 

 

 
NAZARIO DE LEÓN ROBAYNA

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