CULTURA: -- Poesías
RECETA DEL PUCHERO
Para mi amigo Juan Curbelo Martin
I
La receta del puchero me ha pedido Juan Curbelo: porque su afán y su anhelo es hacerse cocinero.
La quiere en buen castellano y en prosa según parece; ¿es que el verso desmerece tal desprecio inhumano?
Yo tengo hoy el placer aunque sea mal poeta, de escribirte la receta más clara que puedo hacer.
Y no lo eches a broma: Que esto a mi me regocija porque el verso limpia, fija y da esplendor al idioma.
II
Como el plato aludido es: popular, “Nillo”(*), creo que deber ser la receta hecha por gente de pueblo. ¿Lo apruebas Tú?. Sin rodeos, que me respondas te ruego… -Conformes-¿Estamos conformes? Ahí Juan,¡Cuánto me alegro! Oye, como se adereza en Haría un puchero para cuatro ó seis personas y algún otro compañero. Después de haber transcurrido un corto espacio debo, buscar una cocinilla y luego encender el fuego. Se echan seis litros de agua en un grandioso caldero, de la vecina tinaja con los menesteres estos: Primero, carne de vaca kilo y medio mas ó menos; cuatro muslos de gallina, tres chorizos y de cerdo un kilo creo; de garbanzos de Guatiza ó Conejeros, igual suma, y una pizca de sal, (cuidado con el salero) y cosidas que hayan sido las cosas que ya te expuesto, se apartan ( así lo dicen en este pueblo los viejos) Y por la candente boca del atezado caldero que fervoroso espumaje airado despide lento, impulsando su cubierta el vapor que bulle dentro, cual si Luzbel estuviese metido en aquel infierno, echas, la calabaza (sobre un kilo, mas ó menos) cebollas, col, habichuelas, piñas, calabacines tiernos, zanahorias y peras; y cuando halla sazonado el fuego, tanto totum rebolutum como lo que dicho llevo, apartasen las verduras para reemplazarle luego, las papas y las batatas cuya cantidad ó peso, generalmente consiste según informes muy ciertos, de aquellas en los dos Kilos las batatas un poco menos. Templase entonces ¿Y como? es sencillísimo hacerlo: azafrán ,ajos y clavos en el almirez casero se trituran se machacan con la manilla de hierro; y semejante a una esquila que repica a lo lejos. Del caldo unas cucharadas se vierte en el, diluyendo las especies que se arrojan directamente al caldero. Después pasado una hora que es suficiente tiempo, las carnes y las verduras, tornan otra vez el fuego, unidos los componentes todos por escaso tiempo, en el caldero hacinados, reciben calor de lleno. Y es de ver esa vasija, pletórico hasta el exceso, olorosa y humeante, como diciendo esta echo. Enseguida se coloca el manjar: “nuestro puchero” en una ancha bandeja, blanca como flor de almendro. Lo demás sobra decirlo; se hizo para comerlo, y se come..¡ya se sabe! cada cual con su cubierto. Con el resto suculento, que resulta del puchero, te contaré yo otro día, si, otro día yo te enseño hacer una “Ropa Vieja”, y así aprovechas los resto.
Haría, Septiembre de 2010
Guillermo Perdomo Ramírez |
(*): “Nillo” es el nombre como se le conoce cariñosamente a mi amigo Juan, cuyo diminutivo es Juanillo y de ahí deriva a la terminación “Nillo”