Senderos

 

Fuente: Guía de senderos de Lanzarote

Gobierno de Canarias

 

                  

ORIGEN E HISTORIA
 

El Valle de Haría sustentó, previamente a la Conquista, una población aborigen cuya magnitud nos es desconocida, pero que fue, con gran probabilidad, importante. Tras la Conquista, un nuevo modo de explotar el territorio, apoyado en una tecnología muy superior a la que poseían los aborígenes, viene a transformar profundamente la superficie de la Isla para aprovechar sus capacidades productivas a un nivel muy superior al alcanzado hasta entonces.

La compartimentación del espacio entre agricultura y pastoreo

La sociedad aborigen fiaba su supervivencia al producto de una agricultura incipiente, al pastoreo y a la recolección de marisco y pescado en el litoral. Desde un punto de vista territorial, estas actividades se distribuían el ámbito disponible, de modo que los terrenos más fértiles eran dedicados a la agricultura y los más abruptos e improductivos, -léase Malpaís de La Corona y Risco de Famara- mantenían durante el invierno a los ganados que con el verano subían a pastar a tierras más altas.

El policultivo de secano fue el modelo económico predominante desde mediados del siglo XV has­ta los primeros años setenta de este siglo. Basado en la explotación intensiva de la totalidad del territorio para poder aprovechar al máximo sus escasos recursos, transforma profundamente el territorio para mejorar su productividad. Algunas determinadas áreas, por razones de su productividad o propiedad, eran dedicadas a cultivos de exportación, el resto del territorio producía alimentos de subsistencia para la población local.

En las áreas no aptas para el cultivo o que aún no habían sido transformadas para permitirlo, las prácticas aborígenes del pastoreo siguieron vigentes. Los pastores continuaron desplazándose hasta los años setenta desde Haría y Máguez a la zona del malpaís, que conserva el carácter de propiedad comunal, donde guardaban sus rebaños, utilizando durante la noche, los antiguos refugios aborígenes.

El cambio de modelo productivo de la segunda mitad del presente siglo causó gran reducción en la superficie de terreno cultivado. El pastoreo se ha desplazado desde los terrenos comunales, escoriáceros y difíciles de transitar y alejados de los núcleos de población,

hacia las áreas de cultivo abandonadas de mucha más fácil explotación. Actualmente quedan en los alrededores del Malpaís de La Corona cinco pastores: tres de ellos situados en Máguez con un total de unas 250 cabezas de ganado que pastan entre la zona de La Cerca-Los Helechos, la Vega de Máguez y Las Quemadas sobre Punta Mujeres. En los cultivos abandonados de los alrededores de Órzola se mantienen unas 70 cabezas de ganado.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 
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