IGLESIA: -- Datos de interés
El proyecto para la instalación de un reloj en la iglesia de Ntra. Sra. de la Encarnación de Haría se inicia en el año 1911. La idea parte de D. Antonio Ramírez del Castillo, vecino de este pueblo pero natural de la Villa de Teguise que había emigrado a las Américas, y desde Argentina envía el importe de su valor a su hermano José para que realice la compra. Se trata de un acto que despertó gran expectación, conmoción e incluso polémica en este pueblo.
La iglesia de Haría era muy antigua, pues había sido levantada en 1619, y era necesario construir una torre en la que colocar el nuevo reloj. Parece ser que el cura párroco, el apreciado D. Rafael Cortés Spínola, no vio la idea con buenos ojos y decidió enviarlo a la vecina Villa de Teguise, pueblo que le vio nacer, para su colocación en la torre de la iglesia de Ntra. Sra. de Guadalupe.
El reloj fue transportado en el carro del señor Damián Corujo, vecino de Haría. Una vez enterado del cambio proyectado D. José, hermano de D. Antonio Ramírez, inmediatamente se dirigió a lomos de su caballo hacia la montaña de Haría donde consiguió alcanzar el carruaje y lo hizo retroceder abortando de esta manera el cambio de planes.
D. Rafael Cortés, al que le gustaba que los sermones de las misas que él presidía no fueran dichos por él, pues parece ser que no le gustaba hacerlo, días después del suceso subió al púlpito y criticó abiertamente el regreso del reloj al pueblo. Pero posteriormente recapacitó, se dio cuenta del error cometido y lo reconoció públicamente. Inmediatamente se unió al júbilo popular iniciando rápidamente las obras de la torre de la iglesia. Como muchos de ustedes sabrán D. Antonio Ramírez también envió el dinero suficiente para construir dicha torre.
Mención obligada merece Dña. Isabel Luzardo Bethencourt, pues hizo donación de unas campanas para el nuevo campanario de la torre.
También hemos de reconocer el esfuerzo realizado por el benefactor de la iglesia, el párroco D. Rafael Cortés Spínola, en el levantamiento de la torre pues parece ser que esta construcción lo llevó a la ruina.
En ciertos documentos que obran en nuestro poder fechados en Buenos Aires en abril de 1911 D. Antonio Ramírez del Castillo le escribe una carta a su hermano José diciéndole: “en ella me dices están esperando el reloj que yo doné a la iglesia, adjunto de esta recibirás la letra de 2000 ptas. para que lo pagues tan pronto llegue”.
En carta posterior enviada por el mismo D. Antonio Ramírez con fecha de 19 de enero de 1914 escribe lo siguiente: “Por varias cartas de esa veo están haciendo la torre para la instalación del reloj de la que me alegro mucho y terminen pronto”.
Una vez finalizado el campanario, en cuyo interior se encontraban los coros alto y bajo con un ventanal central que daba claridad, y la colocación del reloj se puso un cartel con fondo negro y letras blancas que conmemora tal onomástica en el que reza el siguiente texto:
“Esta torre y reloj
Fueron donados por
Don Antonio
Ramírez del Castillo.
Año 1914”
En diferentes noticias gráficas y documentos periodísticos hemos hallado referencias al reloj de la torre en relación con la iglesia de Ntra. Sra. de la Encarnación. Uno de ellos dice textualmente: “plaza del pueblo presidida por el reloj de la torre”.
La iglesia original de nuestra señora de la Encarnación se desplomó el día 22 de febrero de 1956 a causa de un fuerte temporal. El reloj fue retirado de su lugar y depositado en la casa que fuera de las “Niñas de Don Zenón”, edificio cercano al recinto sacro.
Pasó el tiempo y se edificó un templo en el mismo lugar donde había estado el anterior. La inauguración fue celebrada el 25 de marzo de 1966 por el entonces Obispo de la Diócesis de Canarias Monseñor Infante Florido.
Posteriormente, en la década de 1970 con la llegada del párroco D. José Lavandera López el reloj es trasladado definitivamente a la torre donde se encuentra en la actualidad; los trabajos pertinentes de albañilería fueron encargados al hariano Félix Hernández García. El conjunto del reloj fue reparado antes de su instalación definitiva por el relojero Damián Mesa Corujo, ascendiendo los costes a la cantidad de 60.000 ptas. Este importe fue sufragado por Doña Emilia Stinga Parrilla, encargada de resguardar este importante mecanismo.
Es posible que la única nota dominante del conjunto de relojería fuera la pequeña campana que llegó junto al reloj para dar la hora precisa segundos después, repitiendo el repique de campana de la hora en punto. También se puede escuchar cómo toca las medias horas con un solo golpe.
Entre las anécdotas en las que figura el reloj de la plaza de Haría como protagonista se encuentra la ocasión en que dio las doce campanadas con las que comenzó el nuevo milenio, año 2000, momento que fue retransmitido por la cadena nacional de televisión Tele5 de lo que este municipio se sintió y continúa sintiéndose muy orgulloso.
Antes de concluir esta reseña nos vemos en el deber de recordar que D. Antonio Ramírez del Castillo, D. Rafael Cortés Spínola y Dña. Isabel Luzardo Bethencourt son considerados personajes históricos del municipio de Haría por su labor y buen hacer en pro de este pueblo por lo que les estaremos siempre agradecidos.
Haría, a 1 de junio de 2014.