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Durante la década de los 70. D. José Lavandera López, junto a D. Agustín García Ramírez y D. Manuel Perdomo Hernández constituirían el club de fútbol denominado Agrupación Deportiva Unión Norte, con el único objetivo de insuflar entre los jóvenes del municipio la pasión por el que, por entonces, era y sigue siendo, el deporte nacional.
El espíritu deportivo de los norteños no tardó en despuntar debido a que las tradiciones locales favorecieran los hábitos deportivos, y el interés por este deporte se extendió a franjas más anchas de la sociedad, hasta convertirse en un fenómeno característico de esos años en que se perfila la presencia de un público aficionado más masivo y anónimo.
Desde ese momento, el embrión ya se estaba gestando dándose todos los condicionantes para que el auge de este deporte ascendiera de forma imparable en Haría.
El actual equipo del Haría C.F. Rincón de Aganada, cuyo inicio tiene lugar en esta población durante el último cuarto de siglo, es la continuación de aquella formación.
En el año 1975 se aprobó por parte de la Delegación Nacional de Educación Física y Deportes los primeros estatutos de este club presidido en aquel entonces por D. Nicolás Reyes Espino. Años después, entre 1979 y 1981, serían D. Servando Pérez Dorta y Guillermo Perdomo Ramírez quienes asumieran las responsabilidades de presidir esta institución que, un año más tarde ya bajo la presidencia de D. Antonio González Brito, son aprobados los estatutos del club por el Consejo Superior de Deportes. Posteriormente, serían D. Marcelino Betancort Concepción, D. Juan Pedro Barreto Concepción y Sixto Perdomo Pérez, nuevamente D. Antonio González Brito, y D. Francisco Méndez Brito quienes tendrían la responsabilidad de presidir esta importante institución que quien les habla tiene el honor de representar desde el 15 de agosto de 1997.
Precisamente, para todos los que me precedieron quisiera pedir en este día tan significativo para la historia de este club, un caluroso aplauso.
Desde sus originales hasta la actualidad, la evolución ha sido constante. Al primer equipo del Haría C.F. Rincón de Aganada se ha ido sumando, con esfuerzo de todas las personas que nombré con anterioridad y, evidentemente, de sus colaboradores, una sólida formación de base que nunca con su propia escuela en colaboración con el Ayuntamiento de Haría.
Hoy en día, podemos sentirnos satisfechos del trabajo realizado porque el Haría C.F. Rincón de Aganada no es sólo un club de Fútbol, es un centro educacional donde enseñamos a los jóvenes, no sólo a formarse como deportistas sino como personas.
Sin embargo, llegados a este punto, quisiera reflexionar en voz alta sobre la situación actual.
Según leemos, escuchamos y vemos diariamente en los medios de comunicación, el deporte del XXI navega en la ideología del entretenimiento. A la singular alianza entre deporte, televisión y publicidad se ha unido otro elemento de la postmodernidad: la ciencia aplicada al deporte. Atletas altamente entrenados lanzarán un rendimiento fantástico alimentándose con exclusividad en base a líquidos ricos en carbohidratos.
El deporte tiene un lenguaje propio, ofrece un idioma común a toda la humanidad y acerca a los pueblos. La importancia del deporte en la sociedad moderna constituye uno de los fenómenos más relevantes de nuestro siglo.
El fútbol ha comenzado a merecer la atención de los intelectuales y a ser pensado críticamente. Se mezclan en él clases sociales, liderazgo, políticos, grandes negocios, religiones y mitos.
Sin ir más lejos, Griselda Gambaro en “Límites de una gran ilusión” habla del fútbol en términos teatrales. Espectáculo, escenario, representación, catarsis son elementos presentes.
Y es ahí donde comenzamos a atibar los problemas. Los actores, los jugadores son derrotados de antemano, aunque ganen la Copa del Mundo porque tras las reglas que expresan en el terreno de juego, hay otras invencibles”. Son las que expresan tantos intereses económicos, tanta invasión abrumadora de los espacios públicos y privados.
En definitiva, ha surgido una maquinaria social que mueve el fútbol. La manipulación, la sugestión y el control de las masas por el fútbol son ejercidos por la sociedad en forma difusa a través de innumerables canales: la escuela, las agrupaciones vecinales, las empresas, y aún la influencia cara a cara ejercida por los amigos, la familia, los vecinos, los compañeros de trabajo y estudio. Expectativa, información, fiesta, drama, espectacularidad, premios, castigo, héroes, antihéroes, lágrimas, risas están presentes en partidos de fútbol.
Un partido de fútbol más que deporte es un espectáculo televisivo. Con los primeros planos de la TV podemos apreciar la técnica de los jugadores y los equipos, la estética de los cuerpos de los atletas, la gracia y fuerza que muestran al buscar el gol y disfrutar además de la cultura de la famosa y polémica moviola.
No es que debamos quejarnos, pero el fútbol es otra cosa. Jugar al fútbol impone una serie de factores como el esfuerzo, sacrificio, orden, privaciones.
Pero jugar a la pelota también es jugar a la libertad. Libertad de crear, de gozar, de descubrir sensaciones.
Como recoge el anterior técnico de C.D. Tenerife, Ángel Cappa, en su libro “La intimidad del fútbol”;
Digo yo, ¿cómo será la vida de los que están en el fútbol y no lo viven desde la emoción, sino desde el resultado?
De los que nunca se entusiasman con una buena jugada o un buen jugador, de los que se pasan los partidos sufriendo.
¿Qué será de ellos los sábados por la noche, cuando nosotros soñamos ilusiones y ellos hacen cálculos para no perder?
¿Cómo se siente un tipo que no siente?
¿Cuánta intranquilidad les provoca el único habilidoso del equipo, que ven obligados a alinear de titular? ¿Y cuánto miedo les causa el talentoso del equipo contrario?
¿Quién les habrá arrancado la fantasía tan bruscamente, como para dejarlos sólo con la incertidumbre?
¿Cómo aprenden a jugar los que nunca arriesgan?
¿Cómo se consuelan cuando pierden, los que sólo aman el resultado?
¿Qué saben de alegría, los que nunca disfrutan?
¿Cómo descubren el placer, los que nunca ríen?
¿Cómo entienden el fútbol los que nunca quieren jugar? ¿Y la vida?
¿Cómo llegan a la felicidad los que nunca se enamoran?
Cuando ganan, ¿cuánto les dura el triunfo en el bolsillo?
Pobre gente, ¿no?
Sirvan estas líneas para volver a incidir en la importancia de no dejarnos cegar poco el brillo de los grandes espectáculos porque mientras el gran público está pendiente de quienes serán los finalistas de la próxima final de la Copa de Europa, olvida que existen colectivos, como el nuestro, que cada día tiene que ir a entrenar en campo de tierra, en ocasiones con viento, lluvia y frio, donde lejos de los beneficios de los grandes contra televisivos, es a los dirigentes y a los padres de los chicos a quiénes nos cuesta dinero la práctica del fútbol.
No nos olvidemos de nuestros jóvenes porque cuando un chico juega, pensamos que no está haciendo nada serio. Claro, sólo está jugando. Pero que serio es para un niño el jugar. Es la parte fundamental de esa etapa de la vida. La fantasía, la imaginación, el placer, su necesidad.
Es cierto que el progreso es implacable. Que las calles de este municipio que antes se llenaban de chicos corriendo tras una pelota ahora están repletas de coches, que otros deportes captan la atención, que está la televisión, y los ordenadores.
Pero no sólo es eso. Llegados a este punto cabe preguntarse qué grado de responsabilidad tenemos los dirigentes.
Un día, Rudyard Kipling, autor de “El Principito” preguntó a la famosa teóloga alemana Dorothee Solle “¿Cómo se le pude explicar a un niño que es la felicidad?”. No se lo expliques-respondió la Solle-regálale un pelota y hazlo jugar.
No estaría de más que todos reflexionáramos a este respecto.
Voy a concluir la intención de que la brevedad de mi intervención haga más llevadero este acto, pero no quisiera despedirme sin mencionar a dos personas que, por desgracia ya no están entre nosotros pero cuyo recuerdo nos acompañará siempre.
Se trata de D. Juan Pedro Barreto Concepción, que mientras estuvo al frente de la presidencia de este club, hizo todo cuanto pudo para conseguir lo mejor del mismo; y de D. José Duque Callero, que desde las porterías de todos los campos de fútbol defendió con honor los colores del Haría C.F. que Dios los bendiga, donde quiera que estén.
Y a todos ustedes, en nombre de mi junta directiva, jugadores, técnicos, y padres, muchas gracias por haber venido a este acto tan importante para todos los que nos sentimos parte integrante de este maravilloso club. Sepan que siempre serán bienvenidos en el Haría C.F. Rincón de Aganada. Buenas noches.