CULTURA:  --  Rincón literario

 

 

 

 

                              

MIRANDO AL MAR 


 

Sentía la arena caliente.

Cerró los ojos y suspiró.

El viento, ese viento que siempre hace

en Lanzarote, le acarició el rostro, le revolvió el

pelo.

¡Qué bien se sentía allí, a la orilla de la marea!

Pensó que no había un lugar mejor para

pasar...

-¡Abuelaaaa...!

...¿un momento tranquilo?...

Ella abrió los ojos al escuchar el grito. Un

chinijo tostado por el sol, descalzo y medio

desnudo la llamaba.

Ella le sonrió.

El chiquillo se sentó a su lado.

-Te buscaba, abuela María.

Y los dos se quedaron mirando al mar.

 

Por Reyes María Concepción Betancor

Primer premio