Geografía/ Macizo de Famara

 

 

Extracto: Rutas Canarias: Acantilado de Famara (Lanzarote)

La Provincia 24 de Enero 1993


 

 

EI Macizo de Famara comenzó a surgir en el norte de Lanzarote hace unos 10 millones de años gracias al amontonamiento de ingentes cantidades de material volcánico que brotaron desde una larga brecha abierta en la corteza. Unas sobre otras, las lavas y las escorias ganaron altura, superando los 600 metros y remodelando el edificio hasta conseguir un conjunto con aspecto de 'tejado de doble vertiente', típico de los macizos canarios. Sin embargo, la erosión marina actuó de manera decisiva como agente destructor, de tal forma que lo que hoy constituye la península norte de Lanzarote y todo el término municipal de Haría, es sólo una de las vertientes del macizo originario, la otra fue desmantelada. En la parte destruida por el mar, el acantilado de Famara ha quedado como un gigantesco corte que muestra los materiales apilados horizontalmente de un macizo que sólo es medio tejado.

El acantilado de Famara se sitúa al borde del mar, en el extremo noroeste de la isla de Lanzarote, formando parte de una unidad geológica y paisajística aún mayor: el Macizo Famara. El Macizo ocupa toda la zona norte de la Isla, abarcando un área que constituye una península algo alargada, que se prolonga desde Punta Fariones al norte, hasta el Morro del Hueso, al sur, al poniente de Teguise. Junto con el de los Ajaches, es uno de los dos grandes macizos de naturaleza basáltica que aparecieron en Lanzarote en el periodo miocénico (entre 5 y 10 millones de años). El origen de esta formación hay que buscarlo en las erupciones que surgieron a lo largo de una amplia fisura, sigue fielmente el eje estructural sobre el que también  han alineado todos los centros volcánicos de Lanzarote en los diferentes periodos geológicos.

En Famara, los materiales emitidos se fueron amontonan­do unos sobre otros, ganando altura hasta crear el edificio actual, que tiene, como todos los macizos canarios, una forma característica de 'tejado de doble vertiente'. Sin embargo, la intensa actividad erosiva de los últimos seis millones de años ha destruido la mitad occidental del edificio originario, pero también ha borrado muchos rastros de los primitivos puntos de emisión volcánica del conjunto. Sin embargo, las alteraciones no acaban ahí, las erupciones posteriores del pleistoceno (hace aproximadamente 5.000 años) -entre otras, las de los conos de La Cerca, Los Helechos y el volcán de La Corona- además ocultaron bajo varios metros de lavas y escorias parte de la superficie oriental del viejo macizo.

 

 

 

 

 
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