FUENTE: Geografía General de Las Islas Canarias. Tomo II Año 1964

El Jable, o suelos de arena blanca de origen orgánico y marino, ocupan una superficie relativamente grande de Lanzarote. Podemos hacer una diferencia en estos suelos; los que están formados por arena que impulsada por el viento apenas penetra tierra adentro, fijándose en las proximidades de la costa y aquellas otras que penetrando por un sector costero viajan, también impulsadas por el viento, a lo largo de la isla y volviendo al mar por las costas opuestas.

Por el estudio de estas formaciones, el régimen de vientos alisios que motivó la formación de estos suelos es bastante antiguo, encontrándose ya jables fósiles en las costas meridionales de La Graciosa y en la Bahía de Penedo así como en las costas del Rubicán, al este de playa de Las Coloradas, también aunque en menor escala, en M.ª Clara.

Jables fijos se encuentran en Alegranza, en El Jablillo, compuesto de fragmentos de conchas de moluscos y foraminíferos. En el norte de Graciosa, en los alrededores de Playa del Ámbar como en El Jablillo, de esta isla, pueden llegar las arenas hasta el Morro de Las Coru­jas en la base de norte de la montaña de Las Agujas Blancas. Jables incipientes o de pequeña extensión se encuentran a lo largo de las cos­tas desde Órzola hasta Punta Mujeres. En la Vega de Mala, el Jable de Enmedio ocupa cierta extensión. Hacia la costa de Rubicón, en los al rededores de Punta Papagayo, también se han formado algunos jables pero por la estrechez de la punta suelen pasar de una a otra parte del mar. Los jables móviles o de arenas voladoras son los de la costa meridional de La Graciosa y el de Sóo-Bahía de Penedo por donde entra la arena hasta las costas al sur de Arrecife.

Conglomerados Son también escasos siendo la única mancha importante la del valle de Mal Paso al sur de Haría.