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ANTONIO BETANCORT BARRERA
													
													Nació en Las Palmas de Gran 
													Canana el 13 de marzo de 
													1937, siendo integrante del 
													primer equipo juvenil que 
													formó en 1952 la Unión 
													Deportiva Las Palmas de manos del inolvidable Juan 
													Obiols, quién tanto trabajó 
													por la cantera canana. 
													Antonio militó en las filas 
													de la Unión Deportiva, tanto 
													en Primera co
mo en Segunda 
													División hasta el año 1961, 
													en que el Real Madrid, 
													viendo sus excelentes 
													actuaciones y las magnificas 
													cualidades que tenía, compró 
													sus derechos.
El Real Madrid lo cedió al Deportivo de La Coruña en la operación de compra de Amancio. Junto a Betancort, el Madrid también cedió a Antonio Ruiz y al defensa Michel.
Al final de campaña, donde Antonio cuajó una gran temporada, el Real Madrid lo repesca, mientras que el Deportivo se queda con los otros dos jugadores. De vuelta en el equipo blanco, Betancort, Araquistain y Junquera conforman la garantía de seguridad de un Real Madrid que brillaba en el fútbol europeo.
Con un rendimiento sensacional, las actuaciones de Betancort en todos los partidos de la Copa de Europa de 1965-66 permitió al equipo plantarse en semifinales frente al Inter.
En el partido de ida cayó lesionado, pero luchó como un león para mantener su marco imbatido.
Ese día el Madrid alcanzó, puede decirse, la final, porque en la vuelta, ausente ya Betancort por lesión, jugó Araquistain. Cosa que haría también en la final, donde el Madrid consiguió la sexta Copa de Europa.
Portero de unos reflejos extraordinarios, fue seleccionado muchísimas veces para el equipo nacional, pero el marco español tenía un hombre inamovible en José Ángel Iribar.
Hasta que un día tuvo la satisfacción de ser titular, jugando España nada menos que dos partidos trascendentales para poder acudir a los Mundiales de Inglaterra, en 1966.
													
													En Dublín, España había 
													perdido por un gol ante 
													Irlanda, con una 
													desafortunada jugada de 
													Iribar. Villalonga, 
													seleccionador en aquel 
													entonces, convocó a 
													Betancort para el partido de 
													vuelta. Jugó en Sevilla, y 
													España ganó por cuatro a uno. 
													Era necesario el 
													
desempate, 
													cosa que se hizo en París, y 
													donde Betancort mantuvo su 
													marco imbatido.
Cuando llegó la hora del adiós en el Madrid (1971), aparte del disgusto de dejar para siempre una entidad extraordinaria. Betancort aún se consideró con fuerzas suficientes para seguir actuando. Cosa que hizo de nuevo en la Unión Deportiva Las Palmas, hasta que se retiró definitivamente en 1973, incorporándose al equipo técnico del club grancanario.
Como "ojeador", Antonio Betancort informó, entre otros, de los grandes fichajes que realizó la Unión Deportiva en Argentina, cuando en el club canario militaron futbolistas de la categoría de Carnevali, Wolff, Brindisi y Morete, que llevaron a jugar a la U.D. Las Palmas la final de la Copa del Rey, en 1978, ante el F.C. Barcelona, en el Santiago Bernabéu.
Actualmente está retirado del fútbol, residiendo en Las Palmas de Gran Canaria, aunque habitualmente asiste a los eventos que organiza el Real Madrid, siendo invitados a los partidos más importantes que disputa el siete veces Campeón de Europa.
