PUEBLOS: Órzola
Mela, una vida dedicada al campo, la familia y la artesanía
Fuente: Cadena SER -- Érica Cerdeña --15/10/2020
En el Día Internacional de la Mujer Rural repasamos la vida de Mela, madre de dos hijos que se sacrificó en el campo por lograr un futuro más próspero para toda su familia
Mela, en su casa de Órzola, muestra una de las numerosas prendas que confeccionó durante años. /
Celebrar la vida cuesta tan poco como animarse a hacerlo. Es un camino que recorre las pisadas de quienes fueron por delante. Y merece la ocasión pararse a escuchar lo que esas voces tienen que enseñarnos. Una voz como la de Manuela Niz Alfonso, aunque todos la llaman ‘Mela’.
Espera junto a su marido en una casa blanca, pegada a las aguas que bañan el norte del municipio de Haría, en la localidad de Órzola, con la puerta entreabierta, sujeta con un martillo que disuade las corrientes de aire.
A sus 83 años, Mela ha sido una de las tantas personas que no han podido celebrar su aniversario por culpa de la pandemia. Aún así, no ha perdido la sonrisa.
La pequeña de la casa se mudó de Máguez hasta Haría cuando contrajo matrimonio, una unión que le trajo dos hijos.
Mela ha sido, desde que tiene uso de razón, una mujer de campo, que combinó su trabajo en la tierra con los estudios en la escuela. Con la llegada de los hijos, luchó porque estos estudiaran y se labraran un futuro.
Entretanto, Mela recuerda los pocos momentos de ocio que disfrutaban entonces, especialmente ella, quien debía cuidar también del ganado cuando vivía con su padre.
Los balayos eran utilizados "para todo" explica Mela, pero en especial en el campo para aventar el grano en la era. / Cadena SER
Mela recuerda 1957 como un año ‘ruin’ en el que llegaron incluso a perder las semillas. Cuando los medianeros que trabajaban las tierras se marcharon, ella tuvo que coger otro camino.
Siempre empleó el balayo como herramienta para aventar el grano en la era, y con el tiempo, aprendiendo de una mujer mayor, aprendió. Hasta que en el año 92 se convirtió oficialmente en artesana.
Aunque hace años que abandonó el campo, Mela conserva intacta toda la sabiduría de una generación que trabajó sin descanso por labrarse un futuro más próspero, para sus familias y vecinos. Y a día de hoy, sigue mirando hacia el cielo en busca de la ansiada lluvia.
Mela es una de tantas mujeres rurales con un recorrido apasionante para quien lo quiera escuchar y resguardar en su memoria.
Ella ha trabajado por todos, y todos, estamos en deuda con todas aquellas que como Mela, desde la piel de mujer, en su mayoría olvidadas y apartadas durante años, representan un papel protagonista en nuestra historia. En el Día Internacional de las Mujeres Rurales, en el que se reconoce su aportación en el desarrollo, la seguridad alimentaria y la erradicación de la pobreza...a todas ellas….GRACIAS.