Geografía/ Salinas

FUENTE: El jardín de la sal

 http://www.salinasdecanarias.com/salinas/salinas-de-el-rio
 

 Al pie de el río de Famara y frente a la Graciosa se ubican las salinas más antiguas del archipiélago, cuya explotación se remonta a la segunda mitad del siglo XV. Transforman y aprovechan un saladar natural preexistente, donde se mezclaban el agua que penetraba con las mareas y la procedente de las escorrentías de El Risco. Construidas con el barro de la lagunilla aluvial citada y, a través de sucesivas ampliaciones, su trazado se adapta a la orografía del terreno y posee un gran interés paisajístico. Al estar situadas por debajo del nivel máximo de las mareas llenas, permite su llenado natural, por lo que mantienen una cierta apariencia de funcionamiento que se contradice con el estado de ruina parcial que revela una visión más cercana.

 

La primera información sobre Las Salinas de El Río se remonta al año 1605 y se encuentra en una «Real Cédula dirigida a la Audiencia de Canarias para que informe sobre la situación, producción y pertenencia de las salinas existentes en las islas, para su posterior incorporación a la Corona».

A finales del siglo XIX, con el establecimiento de una factoría de transformación de productos pesqueros en La Graciosa, propiedad de las «Pesquerías Canario-Africa­nas S.A.», la producción de sal para salazones da un impulso definitivo a la expansión de las salinas. En el caso de las Salinas de El Río, obtuvieron en esta época su dimensión actual, aunque al cerrar las pesquerías en 1884, con sólo cuatro años de vida, comienza su decadencia; la expansión de la demanda permite crear otras salinas que, aunque menos económicas, se sitúan en mejor posición para abastecer a las nuevas necesidades. En los años cincuenta de este siglo ya existían en la Isla unas 50 salinas, todas ellas en funcionamiento. El declive de las Salinas de El Río fue prematuro y ya en la década de los cincuenta las dificultades para sacar por mar la sal la hacían no rentable frente a la competencia de otras salinas mejor situadas. No obstante siguieron en funcionamiento, aunque a un ritmo de producción inferior al de décadas anteriores hasta 1971 ó 1972 en que fueron definitivamente abandonadas.