HISTORIA / Aproximación Hª Haría
Cuando oímos hablar de proyectos nos viene el recuerdo de aquellos que pudieron ser y no lo han sido en una zona determinada del Valle de Haría, concretamente en el conjunto de las montañas de Malpaso y Aganada. Las razones pueden ser diversas, bien sea por falta de medios económicos para su culminación o simplemente por poca voluntad e interés en su inicio.
Esto lo traemos a colación a la vista de la noticia vertida en los medios de comunicación sobre la Escultura Homenaje al Camello, que se instala en una rotonda al Sur de la Isla, con algunas opiniones sobre el aspecto diluviano de este conjunto escultórico. Asimismo se hacen eco de una próxima Semana Cultural, que promueve el Cabildo Insular, a manera de reconocimiento al citado animal, estrechamente ligado desde muchos siglos atrás a los habitantes de Lanzarote en muy diversas actividades.
Recordamos como esta misma idea se quiso plasmar hace algunas décadas en el acceso al Valle de Haría por la Montaña de Malpaso. Se iniciaba por entonces los años setenta cuando el Centro Insular de Iniciativas y Turismo tuvo la idea de dedicar una Escultura homenaje a ese animal. Se pensó como lugar de ubicación la Montaña de Malpaso, a la vista del Valle de Haría.
Para llevar a cabo esta idea se mantuvo conversaciones con el escultor Pancho Lasso, hijo predilecto de Lanzarote, autor en Arrecife del busto de Blas Cabrera Felipe, del conjunto escultórico del Doctor Molina Orosa, de las figuras esculturas del panteón familiar en el cementerio de San Román y, entre otras expuestas en el Museo del Castillo de San José, del Monumento a la música, en la Avenida marítima, frente al Puente de las Bolas.
Destaca en el mundo de la medallística, con participación en exposiciones nacionales e internacionales y diversos premios en esta faceta de su actividad.
Inspirado siempre, como en la mayor parte de sus obras, en temas de Lanzarote, a la que profesaba una profunda veneración, cuenta con una medalla homenaje al hombre de esta tierra, en la que incluye la figura erguida de un camello en plena faena agrícola.
En relación con el proyecto escultórico en la zona de Malpaso, cabe decir que Pancho Lasso cogió la idea con ilusión y entusiasmo, como todo lo que de alguna manera reflejaba algo de su querida Isla.
En una carta particular de 3 de mayo de 1972, fallecería en enero del año siguiente, comentaba como podía ser la escultura, el camello solo o acompañado del camellero, recordando que tenía tres medallas grandes de bronce fundidas de camellos riñendo y dos grupos de tres, además una de escayola sobre las zafra de la cebolla, en la que está fragmentado el camello y el camellero y parte de la langarilla con cebollas.
Se trata del animal, no el único, pero sí de los varios que han prestado una ayuda considerable al hombre de Lanzarote a lo largo de los tiempos y que, dada su altura y figura, se presta para una elegante obra escultórica.
Llamó su atención a Olivia M. Stone, cuando el 24 de enero de 1883 se dirigía al pueblo de Haría y al pasar por la aldea de Mala contempló este animal en plena faena de arado, describiendo como dos piezas de madera cruzadas sobre su cuello forman un yugo y, enganchados en ellas, tiene el timón, por la izquierda, y la correa, por la derecha. Contemplaba unas estampa típica de la isla y muy frecuente y cotidiana en aquella época y hasta tiempos relativamente recientes.
Al igual que en el resto de la Isla, en esta parte ha prestado un servicio considerable en las faenas agrícolas y de transporte en todos los tiempos.
Figura entre los diversos animales que habían tenido los Señores de la Isla, como menciona en su testamento el 1º Marqués de Lanzarote, Don Agustín de Herrera y Rojas, otorgado el 16 de mayo de 1598, aunque en esa fecha ya les había vendido; pero es de suponer que prestaron servicio en sus propiedades de las Vegas y Dehesa de Ye, Llanos de Máguez y Vegas de Órzola.
Ante los problemas que pudieran derivar del paso de estos animales u otros destinados al transporte dentro de la población, se reguló mediante normas de policía urbana, en la Ordenanza municipal de 1904, donde su artículo 11 establecía: “Queda también prohibido dentro de la población, el abuso de llevar sueltos por las calles los camellos u otros animales dedicados al transporte. De no ser conducidos los animales del diestro por sus arrieros, incurrirán estos en multa de tres pesetas por cada vez que infrinjan este precepto”.
También quedaba prohibido el tránsito de estos y otros animales por la plaza de la Iglesia del pueblo, a menos que fuere por causas insuperables, con apercibimiento de multa de cinco pesetas la primera vez y diez en la reincidencia, sin perjuicio de indemnizar los daños y perjuicios que se causaren a los árboles de dicha plaza y o en los enrejados que le servían de protección.
Volviendo al proyecto de Monumento escultórico en Malpaso, una vez más nos encontramos con una iniciativa que no se hizo realidad, como ha ocurrido con otras tantas, muy próximas a este lugar, en la Montaña de Aganada, que aún iniciadas no ha perdurado en el tiempo y se han olvidado.
Nos referimos a los siguientes:
– Jardín Botánico. Pensado como Centro de carácter medio ambiental, lugar de investigación, conservación, reproducción y estudio de vegetación autóctona. Construida a tal finalidad hace un par de décadas una edificación, fue desmantelada sin respeto alguno y finalmente derribada. Su nombre, en reconocimiento a su labor, estaba previsto: Estanislao González.
Este proyecto ofrecía perspectivas de estudio, turismo y ocio.
– Recuperación de Cultivo de frutales tradicionales.
– Arreglo de fincas para siembra y Banco de semillas.
Se inicia las limpieza y arreglo de diversos paredones o terrazas en la falda de Aganada.
– Captación del agua contenida en la bruma. Proyecto puesto en marcha en la parte alta de dicha montaña. Se pretendía captar el agua contenida en las nubes bajas, bruma o barrón, proveniente de los vientos alisios, con objeto de regenerar la cubierta vegetal de la zona.
Es de lamentar que iniciativas, que comienzan con mucha ilusión, por una u otra razón, a veces incomprensible, no se lleven a buen término, tal como le ha sucedido a los proyectos relacionados, que de alguna manera, aunque fuera en una pequeña proporción y en su faceta correspondiente, hubiesen contribuido a impulsar una zona de la Isla necesitada, de manera
urgente, de nuevas ideas, proyectos y realidades que permitan un futuro claro, seguro y estable.
A. Berriel