HISTORIA/ Datos históricos


 

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Desde época prehispánica el municipio de Haría cuenta con numerosos asentamientos aborígenes distribuidos por todo el territorio municipal. Encontramos así hábitats dispersos con estructuras poco elaboradas como las de Tinache (Haría) o en cuevas naturales (Malpaís de La Corona) ligadas a actividades pastoriles y de marisqueo. Fruto de los asentamientos en la zona de Malpaís de La Corona fue la creación de las Queseras de Bravo: estructura radial en forma de quesera esculpida en piedra volcánica, única en el archipiélago y de la que aún se desconoce su utilidad y significado.

El nombre de Haría se encuentra relacionado con la toponimia del lugar. Se sabe que el valle de Haría era conocido por los aborígenes con el nombre de Faria, por lo que esta denominación pudo ser una derivación de la palabra aborigen Chafariz que significa fuente o manantial de agua. Tras la conquista en 1492 por Juan de Bethencourt y Gadifer de La Salle en el valle de Haría se sigue manteniendo un asentamiento poblacional por las particularidades geográficas y climáticas de la zona, que la convierten en uno de los lugares más fértiles de la isla.

Las continuas razzias durante las siglos XVI Y XVII y los años de sequía provocaron fuertes oscilaciones en la población del municipio, pero a pesar de ello sigue siendo el segundo núcleo de población más habitado de la isla después de Teguise.

Una de las incursiones piráticas más nefastas para el municipio fue la que realizó el argelino Morato Arráez, cuando al mando de 600 hombres atacó el 1 de agosto de 1586, el pueblo de Haría, aprovisionándose de aves, cabras y verduras, quemando a continuación las cosechas y el palmeral. Desde 1585 el beneficiado de Teguise le concede a Haría pila bautismal y cura, dependientes de este beneficiado.

En estos momentos Haría es el único núcleo de población al que se le concede este privilegio, pues la lejanía de Teguise y el alto número de vecinos hace necesario que estos cuenten con estos servicios religiosos.

En 1.811 las Cortes de Cádiz derogan por Decreto las islas de señorío quedando por tanto la administración civil bajo la Corona. En 1812 y también por decreto, se distribuye la administración insular en municipios. Para 1835 ya se encuentra configurado el mapa municipal de Lanzarote formando Haría parte de los ocho municipios creados en ese entonces. El cambió de capitalidad en 1852 a favor de Arrecife relega al pueblo de Haría a una situación de menor categoría.

El municipio de Haría ha sido eminentemente agrícola predominando el minifundio. Estos aparecen separados unos de otros por paredes de piedra lo que le confiere una impronta especial al paisaje agrícola del municipio.

Con la introducción en el siglo XIX de las enarenados artificiales los cultivos adquieren características especiales en el municipio. Mediante el cultivo en rofe se capta mejor la humedad del medio, ya que éste actúa de colchón aislante reteniendo la humedad de la lluvia y evitándose con ello su evaporación. El color negro del rofe absorbe la radiación solar lo que provoca un aumento del calor y la temperatura del suelo. Además el rofe evita las escorrentías y protege al suelo de las lluvias torrenciales.

El medio natural ha condicionado toda la actividad humana desde la época aborigen, por lo que los habitantes del lugar han derrochado altas dosis de ingenio, experiencia y conocimiento del medio, así como un gran esfuerzo para obtener agua durante los años de sequía. Fruto de esta actividad son las numerosa fuentes de agua que encontramos en el municipio así como los numerosos pozos abiertos en el pueblo de Haría.

El desarrollo turístico de los años 70/80 provocó cambios en la economía. Las zonas más fértiles del municipio son la vega de Máguez y el valle de Haría, en estos lugares encontramos plantaciones de papas, legumbres, cereales, hortalizas etc. El resto del municipio encontramos pequeñas plantaciones adaptadas al medio y salteadas por árboles frutales y viñas.

La riqueza pecuaria venía dada por la existencia de ganados caprinos y ovejunos, que solían localizarse en la zona del Malpaís de La Corona y debajo del risco, siendo su traslado estacional. La única industria con la que ha contado el municipio ha sido las salinas, destinada a la producción de sal para abastecer el mercado interinsular.

Las Salinas del Risco son las más antiguas de canarias siglo XV.Las de Orzola fueron construidas en los años 40 y estuvieron funcionando hasta los años 70 La economía de la isla estuvo siempre sujeta a las fluctuaciones del mercado internacional. En el siglo XVIII se explota la barrilla, Arrieta y Orzola, pero en el siglo XIX la sosa artificial arruina la producción.

La sequía y la importación más barata de granos y harinas extranjeras provoca la caída del mercado municipal lo que trajo consigo la diáspora hacia Cuba, Venezuela y Uruguay. Al poco aparece el nopal (cochinilla) pero a finales de siglo la aparición de los colorantes artificiales vuelve a provocar la emigración de los vecinos del municipio a Gran Canaria, Tenerife, Cuba y Venezuela.