De las infidelidades en salidas a la costa y en emigraciones
Por Gregorio Barreto Viñoly
Historia / Referencias históricas
Fuente: La Hoja del
Municipio de Haría nº 428
En la antigüedad, en un ambiente
de pobreza a veces extrema, por
si las cosas ya no fueran lo
bastante complicadas a nivel del
hogar, venían a agregarse otros
problemas a la familia, que
había que sobrellevarlos como se
pudiera, dependiendo de la
categoría de la infidelidad que
las mujeres presentaban ante sus
esposos, en casos de Salidas de
sus maridos a las faenas de
Pesca a la Costa de África, y
también en casos de Emigración a
otros países, en busca del
sustento para mantener a la
familia.
Por si fuera poco todavía, las familias de antes eran casi todas muy numerosas, pues lo normal era que cada matrimonio trajera al mundo al menos de cinco a ocho hijos, y algunos hasta doce y hasta catorce, siendo lo más normalito de cinco a ocho.
Había que dar de comer a muchas bocas y muchos estómagos en casas en que la escasez para sustentar a todos se hacía a veces acuciante, pero la gente antes "era de rejo", y comían de lo que hubiera, siendo básico el gofio, y no solían ser melindrosos.
Antes solían darse algunos casos en que el marido se había enrolado para ir a pescar a la Costa de Africa, y luego se fijaba la fecha de salida para coger el barco en Arrecife y hasta ahí bien, pero se presentaban ocasiones en que debido a un mal tiempo, los marineros volvían para su casa, debido al gran temporal en el mar, aunque se daban pocos casos, pero llegó a ocurrir en ocasiones, en que el marino costero, al volver a su casa, se encontraba con que notaba que su mujer estaba escondiendo a alguien en la casa, y así ella, sin esperarlo al no haber teléfonos, se desesperaba para disimular al amigo que tenía dentro de casa, metiéndolo debajo de la cama o en el ropero, pero el cornudo llegaba a comprender que lo era, por mucho que se intentara disimular.
También se daban casos en que muchos hombres emigraron a algún país del Sud o Centroamérica a buscar el sustento para su familia, y algunos se encontraban con que al regresar a sus casas, notaban que sus mujeres se hallaban un poco barrigudas, no obstante haber ya años que no dormían juntos, pero ellas se buscaban sus estrategias y les querían hacer ver a sus maridos que ya llevaban más de nueve meses aquí, y así sumaban al mes de Mayo, el de Magayo y el mes del Gallo, y también hacían valer los meses de Agosto, Mangosto y el mes del Mosto, y así hasta completar los nueve meses.
GREGORIO
BARRETO VIÑOLY