Mala
Por Gregorio Barreto Viñoly
PUEBLOS / Mala
Fuente: Programa de San
Juan 1991
Al llegar al pueblo de Mala, el
paisaje cambia por completo. Es
la zona de tuneras y de la
cochinilla, de gavias
abandonadas y de antiguos
cultivos de tabaco, que en
tiempo sustituyó a la cochinilla
por falta de comercialización
de este producto en los
mercados.
El paisaje de tuneras se prolonga hasta el pueblo de Guatiza, uniendo sus vegas, conos, calderas y cultivos. Un apacible rincón que se abre entre las montañas del Mojón, Temeja y a la Montaña del Silvo.
Pero es el cultivo de la cochinilla, antaño con gran extensión en toda la isla, el que ha configurado su paisaje y el devenir histórico de este pueblo desde el siglo XIX. Los nopales blancos de la cochinilla surgiendo de la lava desnuda cubren una gran extensión de terreno abancalado.
Bajando hacia la costa, nuevamente el contraste paisajístico se acusa sobremanera. Grandes dunas de arena y matojos evidencian la formación de una playa colgada tras la cual se halla la pequeña urbanización del Charco del Palo. Una zona ligeramente acantilada que ataja las embestidas del mar desde la punta de Mala que otorga el nombre a este pequeño caserío.
El paisaje de tuneras y cochinilla se prolonga hasta Guatiza en una vega.
El cultivo de la cochinilla ha configurado el paisaje del pueblo de Mala.
Grandes dunas de arena en dirección a la costa.
GREGORIO
BARRETO VIÑOLY