PUEBLOS: Mala
Fuente: Proyecto Atlántida
CEIP "Las Mercedes"
AMPA "La Pequena"
Partiendo de que en nuestro
pueblo no existe lo que
podríamos denominar problemática
social, y que en nuestro Centro
no tenemos problemas graves en
el ámbito de los social, tras
varias reuniones entre el
profesorado y dirección del
Centro con el AMPA, en la que se
barajaron diversas propuestas de
trabajo, se opta por realizar un
Proyecto de Zona, eligiendo el
propuesto por la directora del
Centro,
Dña. Sebastiana Perera,
denominado "Rescate del cultivo
de la cochinilla: Estudio
socioeconómico y cultural del
pueblo de Mala". Justificando el
mismo ya que en nuestro pueblo
se da Ia circunstancia del
abandono paulatino y progresivo
del cultivo de la cochinilla,
motivado por la falta de mercado
al tener que competir con otros
lugares en los que esta se
produce a un precio
sensiblemente inferior; lo cual
conlleva un deterioro
medioambiental así como la
perdida de cierta identidad, y
en definitiva el abandono de un
recurso económico, importante en
épocas pretéritas.
Brevemente describiremos a
continuación la cría de la
cochinilla en Lanzarote. Se
trata de un insecto, que
parasita en un tipo de cacto que
en esta isla llamamos tunera,
siendo originario de Méjico, el
cual era utilizado como
colorante incluso antes de la
llegada de los europeos a
América. Se cree que llegó a
Canarias hacia 1825 procedente
de Cádiz, y a Lanzarote en 1835,
donde se comenzó a cultivar en
el cortijo El Patio de Tiagua, y
a mediados de dicho siglo llegó
a los pueblos de Mala y Guatiza,
siendo objeto de un lucrativo comercio
en toda Canarias en general,
hasta que debido a diferentes
circunstancias adversas se
produjo su decadencia, sobre
todo con la aparición de
colorantes artificiales, tales
como las anilinas, más baratos y
fáciles de obtener. A pesar de
estas circunstancias, a lo largo
del siglo XX se conservaron dos
reductos en los que se siguió
cultivando la cochinilla,
hablamos de Mala y Guatiza, pero
es en la década de los 80 del
siglo XX cuando comienzan a
abandonarse de forma paulatina y
constante la huertas de cultivo,
llegando a la situación actual
en la que prácticamente no se
vende un kilo de cochinilla,
apreciándose un grave deterioro
de los cultivos y sobre todo el
abandono de una forma de vida y
la consiguiente pérdida de parte
de nuestra identidad de pueblo.
Debemos indicar que en esencia
no tratamos de volver a meternos
en las huertas de tuneras a
cultivar la cochinilla como
antaño, a picarnos de nuevo como
diría algún paisano, partimos la
premisa que actualmente el
cultivo es prácticamente
antieconómico, consecuencia del
alto nivel de vida actual,
buscamos algo más moderno,
adaptarlo a los tiempos actuales,
no olvidemos que en nuestra isla
se vive del turismo, de la
imagen, ahí es donde queremos
llegar, rescatar las labores
para poder ensenarlas, y hacer
que otros disfruten con ello,
para ello hemos barajado la
creación del Museo de la
Cochinilla, La Ruta de la
Cochinilla, creación de Talleres
de tintado, etc, las
posibilidades son diversas y
sobre ellas estamos trabajando,
para ello
hemos contactado con diversas
instituciones, Cabildo Insular,
Ayuntamientos, Estamentos
Educativos, etc., con lo que
lograríamos una cierta
rentabilidad, si no en el ámbito
económico, sí en el campo de lo
social.
No cabe duda que el desarrollo de este proyecto no se hubiese podido llevar a cabo sin la colaboración del AMPA, principalmente en desarrollo de los talleres; del colectivo de agricultores, con tareas de asesoramiento como conocedores del cultivo y su problemática; el colectivo de profesores, en cuanto a labores de coordinación; y vecinos del Mala en general, actuando todos juntos como una unidad, consiguiendo un grado de compromiso muy elevado, destacando por encima de todos el entusiasmo de los niños, que, ciertamente, nos ha impresionado a todos gratamente.