PUEBLOS:   Órzola

 

 

 Órzola                                     
 

Órzola puerto de mar
auxilio del graciosero
cuantas angustias pasamos
cuando atracar no podemos.
Cuando el mar se embravece
y tenemos un enfermo
el corazón se nos parte
por no auxiliarles a ellos.

Menos mal que en tantos años
no ha pasado una desgracia
y con el alma le doy
a nuestro Señor las gracias.

A ver si se solucionan
los problemas de una vez
porque oigo decir que el muelle
muy pronto lo van ha hacer.

Sería una gran alegría
y una gran satisfacción
que los barcos atracaran
sin tener ningún temor.

 

  Gusa

Fuente de Gusa que estás
muy incrustada en el Risco
donde las gaviotas van todas
a lavarse el pico.
Tengo muy grandes recuerdos
de cuando joven era
que íbamos a lavar
porque aquí el agua escasea.
Los barquillos nos llevaban
cuando iban a la pesca
luego nos recogían
cuando venían de vuelta.
Lo pasábamos muy bien
lavando y canturreando
en aquella agua tan clara
que envidaba nuestras manos.
Cuando tendíamos la ropa
yo no sé lo que pasaba
que al recogerla tenía
el perfume de retama.

 

  Yo modista                            
 

Yo desde muy jovencita
aprendí sola a coser
y me hacía los vestidos
no de tela sino de papel.
Los vestidos los cortaba
por los que me hacía mi tía
pero yo quería aprender
corte tomando medidas.
Un día me preparé
y me fui al pueblo de Haría
para aprender con anhelo
la ilusión que yo tenía.
El corte que prendía
fue el sistema amador
y en pocos días que estuve
todo en mi mente quedó.
Pero un día decidí
irme para La Graciosa
pensando que a mi familia
les pasaba alguna cosa.
Yo bajé el Risco en compaña
de otras chicas que venían
y sin llegar a pensar
lo que al fin ocurriría.
Juan mi hermano no sabía
que yo aquel día regresaba
por eso no fue a buscarme
porque no sabía nada.
Y en una noche de invierno
nos tuvimos que quedar
al soco de una tegala
oyendo el ruido del mar.
Menos mal que una amiga
una manta se compró
y todas nos abrigamos
hasta que el día aclaró.
Son muchas las peripecias
que en esta vida he pasado
y menos mal que mi mente
todavía no se ha turbado.