|
DE ÓRZOLA, MI
VIEJA CASA
Mi vieja casa, mi casa
vieja,
pétreos recuerdos de mi
niñez,
eterna memoria de mi
pasado,
imagen perdurable del
ayer.
Antaño morada, ruinas
hoy,
yermos vestigios que
permanecen
en la infinita soledad
del tiempo.
Mi vieja casa, mi casa
vieja,
entre sus blancos muros
viví
días claros, noches
negras,
días plúmbeos y noches
de luna clara;
noches eternas, noches
silentes,
rotos por el ladrido de
un perro
o por el canto de un
gallo en la madrugada;
veranos tórridos e
inviernos gélidos,
suaves otoños y floridas
primaveras.
Mi vieja casa, mi casa
vieja
donde entre su despojos
yacen
reminiscencias de mi
juventud temprana,
huellas borradas por el
tiempo
que nunca se detiene
en su inexorable rumbo
al infinito.
¡Cuantas ilusiones, bajo
su techo ideadas!
¡Cuantos sueños,
incumplidos sueños!
¡Cuantos recuerdos de mi
vieja casa! |