Historia / Referencias históricas


 

Puede decirse que si comparamos las calamidades que pasaban nuestros antepasados o mayores, en sus labores agrícolas, con la vida que se suele llevar ahora de ordinario, podemos considerar que "ahora se vive en la gloria", con toda la razón.

Vamos a dar sólo unas pinceladas de cómo era la forma de vivir de antes, en el entorno campestre, teniendo en cuenta que casi todos los hombres y una gran parte de las mujeres, se dedicaban exclusivamente a afrontar las duras labores agrícolas, pues antes no habían oficinas, ni oficinistas, y casi nadie estudiaba y sólo podía hacerlo alguien de familia más pudiente, porque no alcanzaba a la generalidad de los vecinos, y en definitiva, sólo había que dedicarse a la agricultura, tanto los hombres como mujeres.

Pensemos que la población de entonces, tenía un campo, todo él dedicado al cultivo de diversidad de especies en especial de legumbres y cereales, con algún trozo dedicado a arbolado, esto en especial en la zona del Malpais. Entonces no habían fincas enyerbadas ni pastizales o fincas abandonadas, y se plantaba todo, desde las vegas y barrancos, hasta lo más alto de las montañas, pero digamos que todo, todo, se plantaba.

No había problema de mano de obra, porque la masa salarial era muy abundante, aparte de que los dueños de las propiedades, con sus maridos, mujeres, y sus hijos y sus hijas, con más de 8 años, ya servían para ayudar a hacer algo en el campo.

Lo primero que se hacía en las fincas era rastrillar con un burro, para dejar la finca lo más blanda posible, y con la arena bien suelta para zurcar, y también muchas fincas habían sido enriquecidas por medio del estercolado, como el abono más preciado.

Antes se zurcaba con una simple azada tradicional, viniendo ya más tarde el denominado aradito, y más tarde viniera la tanganilla, de la que no vamos a hacer uso.

El primer trabajo para el cultivo, era plantar la finca, y para eso se contaba con hombres y con mujeres, todos ellos, con una mochila a la cintura, y a veces el dueño iba circulando llenando las mochilas, para perder menos tiempo, y así se plantaban papas de la tierra, o las herreñas, las del ojo azul, y otras varias variedades, y también muchas arbejas, garbanzos, lentejas, chícharos, habas, judías, y hasta chicharetas para forraje.

Luego vendrían las escardas para matar las malas hierbas, y al secarse la sementera, ésta se arrancaba, todo a la mano y se iban haciendo montones, para luego cargar con burros o camellos hasta las "Eras", de que estaban dotadas muchas de las casas agrícolas y si nó se valían de algún vecino.

Luego que ya estaba la sementera en la era, se buscaba un día de bien tempranito para proceder a trillar, que estuviera "amoroso", húmedo sin estar mojado, y a veces de muy bronca, se le amorosaba con salpicones de agua, formando el carcadero.

Se formaba una denominada "cobra", con todos los animales propios, como burros, burras y reses vacunas, y se solían prestar mutuamente los vecinos para atender esta labor, contando con una burra mansa para servir de "tenedora",en el centro de la cobra, y luego se procedía al aventado, con zaranda, y se recogía la paja para el pajero.