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Calle Fajardo

 

 

 

DON MANUEL LÓPEZ: Inicialmente tuvo su tienda en la calle La Hoya, en el mismo local que anteriormente ocupó la de Amadeo Bailón. Combinaba tienda y bar, además de comestibles vendía diversos pro-ductos para la casa (petróleo, aceite...).

DON EMILIO: Su tienda antes fue de Don Pepe Torres y luego que éste la dejó la cogió Don Emilio. Procedente de Las Palmas, aunque se cree que era descendiente de naturales de Haría, tenía también molina junto a la tienda. Recogía las semillas y sus frutos y vendía ambas, por lo que tenía el ciclo agrícola completo; con el tiempo amplió el negocio y comercializó algunos productos al por mayor (millo para los animales), en su evolución empresarial ofertó madera (tapuma), cemento, etc. El negocio experimentó un gran auge cuando incorporó a un chico nuevo que modernizó y adecentó el comercio, incorporando nuevos productos como chocolate y libros. "En la tienda de Don Emilio se vendió la última carretilla de madera en Haría, en 1967, aunque ésta ya tenía las ruedas de goma... que la compró D. Servando Pérez Luis, conocido como El Palmero, y la utilizaban para cargar las cajas del bar y los garrafones con los que traían el agua del aljibe del pueblo o del pozo de la Alberca o el de Tenala".

DON DOMINGO REYES PACHECO: Colindante a la de Don Emilio, se trataba más bien de un bar que, además de vino y algo de enyesque, también tenía golosinas.

DON JOAQUÍN MELGAREJO (Joan y Elizora): La tienda de Don Juan Melgarejo Franchy y Doña Isidra Martínez Feo estaba situada en la Calle Fajardo n94. Los propietarios tuvieron varios hijos que no siguieron el medio de vida de sus padres, aunque conocieron de toda su vida la tienda en casa, por ser una parte de su vivienda. La tienda era una propiedad familiar que cerró sus puertas a finales de los años 40, estando ya sus propietarios mayores y enfermos.

La casa donde estaba situada la tienda era posiblemente propiedad de una tía, y luego fue heredada por los padres de D. Joaquín. La tienda medía aproximadamente 5 x 12m de fondo, tenía una tronja en la tras-tienda y una mesa y sillas para servir las comidas de la familia, ya que la cocina quedaba en habitaciones apartadas de la venta que estaba abierta todo el día, los siete días de la semana. Los domingos las mujeres y los niños iban a misa y los maridos se quedaban regentando la tienda.

Había una estantería con cristales hasta el techo, un mostrador con la pesa de platillos, donde se podía pesar hasta cinco kilos, nivelando con los diferentes pesos y bajo el mostrador con cristales se podían ver los diferentes productos; a un lado, en la parte baja del mostrador, se abría una puerta donde estaban los sacos con arroz, café, azúcar, manises, sal... que se servían y pesaban en un trozo de papel de "vaso", por kilos o medios kilos. Sobre el mostrador había botes con pastillas de menta, redondas y grandes, que quemaban la lengua, también bolas de pastillas rosadas y pastillitas de anís.

En la tienda se despachaba vino de garrafones, sobre todo los domingos cuando las mujeres iban a misa, y se jugaba a la baraja en una mesa que había delante del mostrador, mientras en la calle, al lado de la tienda, se jugaba a la bola. Los pleitos se sucedían por la baraja y el vino. Para no pegarle al compañero se decía "caldo y cama", para que echaran a correr. Había pleitos con la gente de Máguez en Haría y con gente de Haría en Máguez. El vino era de cosecha familiar y cuando se terminaba se compraba a otra familia.

Antiguamente había almendros en Haría y en "la época de todos los santos" se jugaba al 'Julepe", juego de cartas en el que se ganaban almendras.